Revelaciones

© Fernando Maldonado: "El fanático"
Por Gonzalo Márquez Cristo

(Fragmento del ensayo)

(…) Por último, y para culminar este asedio a una obra incalificable, de una gran riqueza pictórica y onírica, donde autos antiguos flotan y el sueño propone su otra realidad tan generosa a los románticos, donde el surrealismo deja elementos inesperados y una zoología lúdica, donde la sombra es puesta en entredicho por el poder de esa sombra mayor que es la luminosa muerte, donde todos somos vigías de la soledad por el solo hecho de que el cuerpo ha emprendido un exilio del que quizá jamás pueda retornar, el artista bogotano decidió adentrarse en un universo que podríamos denominar sin ser imprecisos el “Oráculo Moderno”. Aquí sus personajes indefensos, obnubilados, empequeñecidos por su cotidiana existencia, se prosternan ante los televisores y los computadores para orar, para esperar de ellos una señal que pueda hechizarlos, intentando evadir así su inútil realidad. Porque —pareciera decirnos—, los seres de nuestro tiempo son tan insignificantes que ya no acuden al oráculo de Delfos para encontrar la revelación, ni para leer la sabia sentencia “conócete a ti mismo”, sino que obliterados ante los nuevos “medios de incomunicación” proclaman un “desconócete a ti mismo”.
Y es por ello que para Maldonado la pintura continúa su febril pretensión de liberarse, de oficiar la sorpresa, y este desprendimiento le concede un colorido denodado, unos cambios de planos más radicales y fecundos. La pincelada es ahora más simple, más precisa y violenta como una cicatriz, más difícil como una incisión en el cielo. Y de pronto todos los elementos que el artista ha conquistado, los mundos que consagrara en su ardua labor de seis lustros se vinculan, se fusionan para entregarnos el fulgor de una obra radical que nunca acepta que lo sagrado haya perdido su dominio (...)